En algún momento relacione a los grandes maestros como estos gurúes que se te presentan en la vida y de una forma trascendental afectan tu camino.
Pero la verdad es que a medida que he evolucionado en mi paso por esta vida, me he dado cuenta de que los grandes maestros pueden llegar de muchas formas, pero eso sí, siempre en el momento donde necesitamos aprender algo.
Este mes estamos celebrando el cumpleaños de mi hijo. Y en toda la felicidad de honrarlo, me encontré pensando en lo que ha significado su vida en la mía más allá del amor incondicional que siento y sentiré siempre por él. Y tuve la realización de que en esta figura pequeña se encuentra uno de los grandes maestros de mi vida.
Su ser me ha dado algunas de las alegrías más grandes y a su vez, me ha presentado los retos más significativos y saben por qué? Porque es tan parecido a mí que en él veo reflejado lo que soy. Todo lo bueno y lo que se o he aprendido, tengo que mejorar. También me di cuenta de que este gran maestro llego en su representación porque para poder entender el mensaje que tenía para mi debía venir en la forma del amor. Así de sabio es Dios y nuestros guías superiores que dé antemano sabían que la única forma verdaderamente efectiva para mi recibir su mensaje era a través de un profundo amor.
Mi maestro chiquito me ha ayudado a reconectarme conmigo misma. A ir más profundo y realmente entender que parte de mi necesita sanar. Me ha impulsado a decirme la verdad de muchas cosas que tal vez vivían en mi subconsciente y que tenía olvidado. Me ha reconectado con otro nivel de emociones, las que reprimes para que no te lastimen, pero que hoy abordo con amor por mi propio ser y por la vida que estoy formando.
Pero les soy sincera; este camino no ha venido fácil. Ha sido un proceso de humilde aceptación donde he tenido que desprenderme de prejuicios, de creencias limitantes, de realidades fabricadas y de máscaras inconscientes. Dónde he tenido que ser vulnerable y aceptar con amor esta transformación. Igual es un proceso que los dos vivimos a diario porque la mente es terca y tiende a volver a sus patrones conocidos por eso es importante conectarnos con el corazón y apoyarnos en este amor que nos tenemos para conscientemente ser mejores cada uno y a la vez juntos.
Así que sí, los grandes maestros afectan tu vida de una forma trascendental, pero en mi caso el que me ha transformado más no vino en la forma de un viejo sabio sino en el espíritu puro de la niñez. Gracias, amor mío por regalarme con tu presencia el camino a mi propia sanación.
Con todo mi amor,
Sofia
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